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El encargo consistió en recuperar un sótano en desuso de una casa de fin de semana, para utilizarlo como un lugar de ocio. La operación proyectual fue introducir un patio a nivel del sótano, para que pueda usarse como expansión y desde donde  entre la luz y el aire de manera natural.

El interior es un espacio  indefinido programáticamente. Solo una escalera que vincula con el piso superior es el único punto fijo.  De la misma forma una escalera exterior vincula el patio con el amplio parque.

Dos elementos estructurales resuelven constructivamente el planteo. Un muro de hormigón sirve de contención  para conformar el patio y un perfil de acero permite liberar de cargas el muro, logrando la integración visual y espacial entre el patio y el interior.   

Los muros interiores y el muro exterior medianero fueron pintados de blanco logrando mayor luminosidad. El solado se materializa con un cerámico gris, tanto en el interior como en el patio, integrando ambos espacios. El muro y la escalera exterior se construyeron con hormigón visto, cuya textura se transforma con la incidencia del sol a lo largo del día.

Año: 2011
Ubicación: Neuquén, Patagonia, Argentina.
Fotografia: Maju Franzan, Dinamo.